lunes, 15 de octubre de 2012

Entre hojas amarillas

Henri Beyle discutia conmigo
acerca del realismo literario frances
Madame Bovary ya me habia olvidado
como tantas otras en la larga lista interminable
de amores inconclusos,
Ni Balzac habia podido  convencerme de que olvidara
a la muchacha de los ojos de oro.
Iba camino a ninguna parte, deambulando entre
Verrieres y Mar del Plata, entre el siglo XiX y el dia de ayer.
Entre hojas amarillas, viejas, que buscaban persuadirme
entre las que me hundo paro no pensar en ti.
Mas cerca de 1848 que de tus brazos.
Mientras Beyle segui disertando,
De sus largos amores no correspondidos,
de sus formas de amar, del rojo tiñiendo varios años
de tus ojos negros que se perdieron en el mar
yo seguia cabisbajo, deshojando margaritas,
buscando entre la muchedumbre y la incertidumbre
un par de pupilas para anidar.
Viajaba solo y confundido,
hasta que tu rostro se detuvo, como el paso del tiempo y mis pensamientos
como las ruedas del autobus,
viajabas acompañada, y hablabas de algo
que  nunca sabre,
yo iba hacia ninguna parte,
tu te dirigias hacia cualquier lugar
entre los encuentros intermitentes del pasado,
entre las calles infinitas de una ciudad perpleja,
a mi me habian olvidado demasiadas mujeres
a ti te recordaban varios, incluso yo sin conocerte
incluso yo....
Ya no escuchaba a nadie, poco importaba la dicotomia falsa
entre romanticismo- realismo,
ni Gautier ni Victor Hugo, ni Flaubert ni Sthendal ni Balzac,
solo tus ojos que miraban desde el fondo, negros, profundos
en los que me perdi.
maldije por varias horas la calle que te devoro, en la que perdi tu rastro
repeti el recorrido inutilmente
Ya no pensaba mas en Bovary ni en aquellas que me habian dejado,
La ciudad fue un laberinto, indescifrable,
aun me hallo extraviado, recorriendo las mismas calles sin salida,
en algun lado, perdido por ahi,
entre hojas amarillas

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