martes, 2 de noviembre de 2010

Madre

Tus manos tendidas, sobre mi cuerpo, ahogándome dolores, angustias,

ablandandome, haciéndome fuerte, a cada paso, a cada trazo de vida.

Tus manos como canción, como consuelo, como barquitos de papel

durmiendo mi infancia, durmiendo mi sueño, congelando mi pasado como recuerdo.

Aquí sigues tú a mi lado, con cada tropiezo que voy dando, tú, mi escalón, mi peldaño,

la mano que me recoge, que supo ahuyentar, fantasmas, lobos, que solían asomarse por debajo de mis sábanas

que aún sigue ahuyentando, miedos, que se siguen presentando.

Las plegarias para dormirme, el negrito que escapa del diablo blanco, el sueño con serpientes que dormido

se hace presente, y todavía más.

Horneando, corriendo, luchando, blasfemando, destruyendo muros, para verme reír.

Sangrando, y renaciendo, entre cenizas para hacerme feliz.

Cuánto ha de dar un ser por iluminar un rostro?

Cuánto a de ser, siendo por otros?

mi diosa pagana, mi refugio, tus brazos son el calor que emana el sol,

son el iglú de un esquimal, son el verso que le falta a mi poesía,

son la revolución que tanto anhelo, son el camino del sueño a la poesía.

Son la verdad, la razón, son los brazos de la única heroína.

Cuántas mañanas tendidos al sol, cuantas noches de lágrimas, tu secando las mías, yo secando las tuyas,

cuántas formas de amor tan diferentes, cuantas escapadas a tu cama, filtrándome de niño, solo para estar contigo, sólo para que tu aroma caiga sobre mi pecho, para dormir en paz, en tu paz.

Cuántas hojas de un álbum que llenan tus cálidas despedidas, a la hora de partir, tus cálidos abrazos a la hora de llegar.

Madre, compañera, amiga incondicional.

Cuántas canciones, poesías, Mi niñez, bañada tras cada balada de otoño, de vez en cuando la vida sumergiéndonos el uno al otro, tú gritando que dejara de joder con la pelota, yo haciendo caso omiso, travieso, como cualquier niño. Y es que a menudo a tí me parezco, con tanta lucha encima, con tantos sueños rotos, y así ambos nos dimos las primeras satisfacciones. Y aunque nunca fui de goma siempre me bastaron tus cuentos para dormir.

Mi guía, mi espejo, las veces que calle por no decir te necesito.

Tus manos siguen cálidas, entre mañanas de café con leches, tostadas, noches de Silvio, Dolina, Serrat, Sabina,

De crecer contigo, de equivocarme y sonreír al saber que jamás vas a juzgarme. Tardes de playa, mate, arena, discusiones banales, de mi personalidad que a veces se excede, de tu falta de rencor, de tu abundancia de amor.

De los días que aún restan por vivir.

De los besos que aún tengo para darte, de los brazos que aún me quedan para abrazarte hasta sangrar, hasta reír, hasta llorar.


MP

Amanecer

Urge mi alma de tu presencia, mientras tiemblo, arrojo el cigarrillo, y bebo,

la última copa de la madrugada, la primera de la mañana.

El sol se posa en los cristales, rotos por cierto desde hace meses

No atino a repararlo, y de prometérmelo estoy agotado.

Vuelvo al ruedo, titubeante, escarbando en los bolsillos la llave que perdí,

los besos que negué, las veces que morí.

No halló más que un par de monedas, que no son capaces de pagar la más mínima cerilla,

las arrojo con violencia tras las cortinas de una habitación maltrecha, y me vuelvo viento.

Dejo flamear mi escuálido cuerpo, entre las amenazas de tormentas, entre las promesas de refacciones y entre las grietas que ya son parte del paisaje.

Hago buches con mi soledad, y la escupo en mi pileta, seco mis manos y entre dientes murmuro algún poema viejo que encontré escrito en el espejo. Las letras tapan mi rostro, muero por un instante, resucito por otro, escapo al rayo de sol que ya penetró por la ventana, me persigue, me encuentra, escondido tras la puerta, entre el inodoro y la pared.

Alcanzo a tomar la perilla y a escapar, en la cocina me espera la taza del café, caliente, negro, amenazando despertarme de este letargo, hago caso omiso a su aroma, tomo una tostada, le unto mantequilla, y se la arrojo a mi mascota. Al menos disfrutará aquel trozo de comida, yo ya estoy viejo para hacerlo. Bajo la vista, y me detengo entre manchas en los azulejos, hace tanto que no barro, al menos varios meses.

El rayo no se detiene, parece no tener piedad sobre mi, inclinado a rendirme, entre los últimos esfuerzos vuelvo a mi cama, destendida por cierto, me desplomo, escondido tras los pasos de la luz, entre sábanas sudorosas, y allí permanezco.

tras instantes eternos, desde fuera alguien gira el picaporte, el chillido del viejo roble hecho puerta es aterrador,

el espacio que habita entre mi miedo y la realidad, es un abismo insoportable, imposible de calcular, sus pasos asesinos me abruman, la silueta que se posa en el borde de la cama me estremece, destapo violentamente mi cuerpo, y allí tendido derrotado, el beso de tus labios me conmueve.

Me incorporo, bebo mi café, salgo a la vereda, me baño de sol y dispuesto a partir me despido.

MP

Amor insurgente

Urge mi boca de tus besos imprudentes

urge la urgencia de tus dedos insurgentes,

urgen mis pupilas, desarmarse en tu mirada,

urgen mis primaveras enterrarse en tus entrañas.

Urge el tiempo, se acomete tras de mi, empujándome, soltándome,

amarrándome, de ratos revoltosos, por beberme tu destino, tus azares,

Urge la vida, y en la urgencia desespero, impaciente a que me queme el sol,

a que me vuelva completo en tus pedazos,

a que me vuelva arena en tu desierto,

a que me vuelva sobre vos.

Urge la razón de amar, urgen mis venas, por sangrar, urgen, las ganas de acometer,

las ganas de arrebatar, las ganas de perder, y todavía más.

Urgen las horas de las madrugadas, urgen las sábanas entre nuestras pieles,

urgen nuestras camas cambiantes, la tuya hoy, la mía mañana, la de aquel amigo ayer,

urge el frío entre los cuerpos, urgen las olas sobre las piedras, urge la sal, la cerveza,

las palabras atolondradas de nuestras bocas sinceras, la torpeza del amante,

la dulzura del momento, las excusas del cobarde, las certezas sin remedio, las evidentes evidencias de rendirme

ante tus pasos, mi plantar bandera, mi desarmarme en tus brazos, mi laberinto en tu boca, mis trampas en tus piernas, mi necesidad de necesitarte, y todavía mas

Urge la madrugada que nos desvela, urgen los motivos, la ausencia de fronteras,

urge el sexo, la saliva, el sudor, los aromas, tu perfume, los desvelos, el alcohol, tus comidas,

urgen mis hormonas por atropellar las tuyas, urges mis miedos, confluyen los tuyos,

y nos fortalecemos, a base de ganas y cobardía, de sexo y de poesía, de razón y de besos,

de sueños y rebeldía.

Urge mi cuerpo, desparramarse en tu sillón, urgen mis manos enterrarse en tu tierra fértil, urgen mis días, apilándose, sobrellevándose, no dándose espacio, y en esa vorágine me pierdo, encontrándome, flotando, sobre tu rostro, sobre tus versos, sobre tus ojos.

Urgen nuestras bocas, urge el beso de la despedida, eterna que nunca se termina que dura más de lo esperado, que más que despedida, suena a excusa, que aún me quedo, que aún te quedas, que aún tendidos se hace mañana.

Urgen nuestras lenguas en constante sintonía......

urge volver a encontrarnos, aunque hace un instante que nos vimos, urge urgente mi necesidad de vos, urge insurgente tu necesidad de yo.


MP

Se llamaba Jeremías

entre las verdades ajenas que nos arrojan en la cara,

como piedras, como polvo, como arena de rocas maltratadas

las mentiras propias que nos inventamos, para no admitir.

Las noches de alcohol barato, de sueños rotos, de mujeres que nos arden.

las cosas que tan en serio nos tomamos, como vasos rotos de cerveza,

fernet, vinos que castigan la noche, en las que no había que ceder.

Tu escalera, temblorosa que nos pone al borde del suicidio, tambaleándonos entre la poesía,

los versos desolados sin estrofas, los amores inconclusos, las ausencias de sentido,

las ruedas de la bicicleta que nos llevan, a vos a mi, a ambos, y si se desinfla uno, no duda el otro en desinflarse acompañándonos.

Las razones que nos imponemos, los impulsos que nos imponen, la risa desbaratada que no entienden los mortales.

los cinturones ausentes, la noche, santa y clara, que nos sorprende sin pantalones ante una ciudad atormentada.

Tu explicación a mi respuesta, mi duda a tus interrogantes, mi cortina a tus rivales,

tu asistencia a mi rutina, tu 3 mi 2, nuestro pick and roll suicida,

el día que nos mata, la noche que nos hace trizas, la ciudad encogida de hombros,

el perfume de mujer que nos desvela, Ambar inventando un nuevo tío.

Preguntándome tu nombre, tu color, y tu silueta.

Alguien en mi calle me ha dicho que dice conocer un tipo que un día fue felíz, yo pregunto si se llama jeremías

Alguien dice que te vió navegando en las esquinas, en un barco de papel sin bandera y sin patrón.

Yo entiendo que se trata de Jeremías. Que para él es siempre el problema, y para mi siempre la solución.



MP

El cuerpo de los dos

Entre tantas soledades, encuentro tus pupilas, que se enmarcan en mi rostro

como un cuadro de Dalí,

fumo, miento, hablo con mi sombra, mientras busco desesperadamente cien razones

para negarte.

Y sigues tendida en mi cama, inmóvil, perfecta,

hago caso omiso a los sentimientos que me acometen

busco entre sueños cada cosa que me ayude a seguir

pero tus labios se posan sobre los míos como besos inconclusos

que amagan por vivir, me rozan, me conmueven, me desarmo ante tu mirada,

brillo apenas ante el débil susurro de tu boca, ante la mirada suave de tus pupilas, que bañan, mi sonrisa

mi existencia, solo habito el lugar en que me piensas, y sigo allí inmóvil,mareado, enamorándome ante cada sílaba que pronuncias.

me agoto de resistirme y desearte, entre consejos inoportunos.

La noche se termina, y mi cuerpo se esfuma dentro tuyo, entre tu piel, entre tu imagen desbordada en mi sien,

entre tus versos, en los que alguna vez me sumergí.

Tu boca que me acomete, y mis labios que huyen para no mostrarse débiles, y mis manos, temblorosas, sudorosas, con el nerviosismo infantil del niño que por primera vez se declara, y yo a cada rato declarándome, enamorándome, derritiendome, sangrando mis ojos, desangrandome, muerto entre tus brazos de acero que me atajan, cuerpo tendido que cae, rendido, eterno, bajo tu bandera, bajo tus fronteras de sol, bajo el mediodía en el que cedo de resistir, y me entrego ante la evidencia mas pueril, y me muero, por tu nombre, en tu nombre, y me maldigo, y te pienso, y te sueño, y te proclamo, y te vendo mil razones para amar, y te firmo, papeles, como estrofas, como razones, como delirios y utopías, y me suelto, con el viento, como gaviota que aún no quiere emigrar.

Tú, mi verano, tú mi musa, mi razón, mi bandera

mi sueño mas concreto.

Yace el cuerpo de los dos, yace la mañana que se posa sobre tu figura, sobre tu cuerpo arrojado en mi colchón, yace tu nombre en la punta de mi lengua, nombrándote, a cada instante, a cada rato, a cada exhalación, a cada suspiro, a cada sueño, a cada hombre, a cada mujer, a cada niño, a cada sexo.

mp

Sueño de martes por la tarde

Desde lo más hondo de tu habitación,

oigo tu piel, resbalarse sobre la mía.

Se abre tu cuerpo, me dejas tendido,

la humedad, que nos envuelve, se evapora entre el calor de tus brazos,

mi mano se vierte, con tu mano, eterna, veloz, lentamente,

y morimos en un instante.

Entre las sábanas, profanas, tiemblas, tiemblo, aullidos, gemidos, sueños...

Cuerpos enlazados, entre la tarde que se muere en tu ventana y el diálogo, titubeante de mis piernas, enredadas en tu sien, de mis brazos que mojan tu existencia, de tu rostro empapado en mi silueta, de mis labios, navegantes de tus montes, de tu boca que me arde en mi silencio,

Manos que tocan, sienten, buscan, pupilas que se dilatan, al compás de tu figura,

Muere el sol, sobre nuestros contornos,

morimos con él en una exhalación desesperada, al compás del último rayo.

El piso nos acobija, del rechazo de una cama empapada cansada de resistirnos, y en el frío del suelo, te expandes, desparramas y te unes a mi torso desnudo ante tu mirada, besas, gritas, blasfemas, hablas con mi sombra, me reduces, me asesinas, y en mi grito se oye tu voz, palpitante,

Bañados en aromas, caigo rendido, caes rendida, se entrecruzan nuestros ojos, se cierran, y morimos lentamente....

Dormimos.....



MP

Esperandote

Me levanto temprano, solo para verte dormir,

hago el desayuno, y te huelo, mientras revuelvo el café

Voy de un lado a otro, de tu cama al sofá,

impaciente quiero que despiertes, que me mires entre bostezos y

sueños inconclusos, por los que no querías despertar.

Miro el reloj, y tus pupilas marcan la hora de partir.

Reniego del tiempo, y la rutina, me pongo la ropa,

me saco tu aroma, hablo con las sombras de tu despedida,

tengo celos de tu trabajo, porque te arrebata de mis brazos,

pero me aplaco, y te despido con un beso impaciente, con unos labios asesinos.

Muero solo en las sábanas, me entierro hasta nuevo aviso.

Tu voz lejana se expande, se pierde en la ciudad, una ciudad maldita que te acobija en sus

entrañasal tiempo que me destierra, me deja en mi cuarto, entre letras, hojas blancas que nadie

escribirá por mi, y un fondo azul de melancolía, de agonía intacta y perfecta, de miedo y

desconsuelo, solo 4 horas, medio turno infinito, inacabable, y yo buscando que hacer,

rellenando crucigramas que jamás terminaré, poniendo discos viejos, mutilandome,

ahogándome en una pesadilla nueva, escapándome, esperandote, esperandote...



MP

sábado, 16 de octubre de 2010

De un verso a un amor

Antes que nada debo saber, si no es aún muy de prisa,

si no es acaso todavía temprano, para esconder el sol

entre tu ocaso

antes que nada debo saber si no faltan alas para emprender tal vuelo

si no hacen falta cielos, versos, razones, amores

si no hacen falta letras, zetas, abecedarios eternos.

antes que nada debo saber si aún hay pasajes de retorno

aunque no quiera regresar, aunque tema regresar, sólo debo saber.

Debo saber acaso, cuál es el camino, si es que necesito girar,

migajas de pan, aves que se nutren, caminos que se esfuman,

mi mirada extraviada, mi soledad, tu luna posada en el firmamento

la guía que no comprendo, la serenidad con la que marcas tus pasos,

la aceleración con que poso los míos, la cobardía insensata, de saberte completa.

la cobardía eterna de saberme inconcluso, el miedo a pasar de razón a razón

de escalón a escalón, de un verso a un amor.

La paciencia impaciente de no saber esperar, los gemidos, los balbuceos, las dudas

la belleza invencible de tu inmensidad, las muecas risueñas de mi necesidad.

El verbo que no llega, la imposibilidad de conjugar, las veces que aúllo por no susurrar.

Tu sentido, mi impulso, tu beso, mi pulso, tu ardor en mi rostro, tus ganas, mis sueños rotos.

La necesidad de necesitarte, y aún más.

La necesidad de encontrarte, la necesidad...

las ganas que me vienen, de verte tendida en mi colchón, de verte rendida, y yo rendido,

bandera blanca que se posa, sábanas blancas que se mojan,

ropa tirada, vinos y rosas.

aves migratorias, veranos efímeros, primaveras eternas, estíos, equinoccios, soledades.

Tus manos que se fluyen en mi cuerpo, se derraman tus dedos sobre mi piel, se abre mi miedo, se extingue

tus labios se funden, los míos se derriten, y todo sigue igual allí afuera.

La ciudad sin nombrarnos, el smog, los ruidos, las veces que aún no he amado, los deseos que aún restan por soñar, las ganas asesinas de amar sin reservas.

Todo sigue allí menos nuestros rostros encerrados tras un ventanal, empañado, empañados en sudor, cuerpos que se rocían, que se humedecen, se unen, se confunden se evaporan, se desarropan, se desnudan...

se pierden

Todo sigue allí, nosotros aquí.


MP

De Crucifixión en sepultura

Con sus ojitos de terciopelo,

y pies descalzos de barros y callos,

con la mirada triste, la espalda hinchada, y los sueños rotos.

Con la sabiduría de los que ya se fueron y la inocencia de los que no nacieron.

Con la verdad a cuestas, el dolor al hombro, la soga al cuello, la sangre en flor.

Con la moneda apenas, con la migajas de lo que nos sobra, con la mano

amiga hipócrita, con la caridad, la beneficencia burguesa, el asistencialismo idiota

con la dulce condena de sabernos eximidos, exiliados del infierno, por haber cumplido, y comprar nuestra paz

con tan solo tres monedas, y un suspiro, con tan solo tres miradas y un respiro.

Señoras de la caridad, que te roban por donde te dan, hombres de la beneficencia que te explotan por donde te asisten.

Y allí van, ella con 7 añitos revolviendo el pudor, y su infancia, el con tan solo 5, revolviendo el dolor, y perseguido por la mano invisible, y ellos otros ya decadentes, sudando y sudando sin sentido, de sol a sol,

de cielo a infierno, de crucifixión en sepultura, de explotación en esclavitud y viceversa, y repetitivo, e insensato, y manifiesto, cobarde.

La rueda que para, para tomar envión, para volver a rodar sobre nuestras cabezas, nuestras verdades, nuestras utopías cada vez mas reales, nuestras latitudes, nuestras vicisitudes, todo aplastado, todo incinerado, todo por fin resucitado hoy para gritar, aullar, morir, parir y seguir pariendo, y sangrando, eras, versos, sistemas,revoluciones.....

MP

Tú, Mi mejor poesía

Me gusta abrir los ojos y ver,

que tu me arrojas esa sonrisa,

me besas y vuelves a dormir,

amanecer tras tus pasos, entre

mimos, sueños, chocolatadas tibias,

versos sin rimas.

Tus manos, mis pedacitos de cielo,

me envuelven entre un mar de sábanas, entre un río eterno

de risas y carcajadas.

Mi inocencia, tu sabiduría, tus ganas de ser, tu ayudarme a crecer

Mi estrella del alba, quien me ayuda a seguir, mientras tus pupilas brillen

se que no voy a caer.

Y sigo aquí girando entre madrugadas, inventándote canciones que sólo vos

consentís, desesperado por esperarte cada tarde a las puertas del jardín,

y revolverme en tus brazos, para allí sí ser feliz.

Me gusta verte corriendo, por un patio sin fin, imaginarnos un campo

sin sembrar para vivir, sin el yugo opresor de quien dueño dice ser,

imaginarnos descalzos sin tener que vestir.

Me encanta estar a tu lado, ver tus ojitos y pensar, que miedo da pestañear y perderme

tu belleza.

Amo verte dormida, y se que sueñas un mundo mejor, aunque aún no hayas descubierto este,

se que sueñas un mundo mejor.

Amo estar a tu lado, y saberme incompleto, amo verte despacio, en tu ritmo ligero.

Sin horas a las que responder, sin rutinas que seguir, sin costumbres que respetar, sin banderas

que idolatrar, sin fronteras que no cruzar, sin la geografía de la modernidad, con un pedazo de tierra para reír y llorar.

Amo seguir tu camino, y tus pasitos sin fin, y cansarme pero seguirte a muerte, sin mentir ni fingir.

Y mezclarme en tus cuentos, con los lobos y las princesas, con las ranas y los dragones, con los enanos y las fantasías, y allí quedar siempre bien parado aunque la pifie a cada rato. tú, millonaria de flores, de piedras, de caracoles, yo pobre de tu amor, necesitando cada vez más. Tú, eterna, inmaculada, perfecta en la imperfección,

yo devorándome las derrotas eternas, por ser a tu lado mejor.

Amo estar recostado, abrir los ojos y ver tu dedo pulgar en tu boca, tu mano en mi pelo, tu sueño perfecto, las horas que pasan, la noche que cesa, las maquinas que se detienen, la luna que reposa, la lluvia allá afuera,

el teatro de la farsa universal que no para en el exterior, pero que no penetra nuestro pequeño mundo de vida,

nuestros versos huecos de dolor, llenos de alegría, nuestra verdad eterna, nuestra igualdad sin excepciones, nuestra fantasía sin clases, nuestro sol, tú mi sol. tú mi mejor poesía, tú.....


MP

Puede Que

Puede que me pierda en un instante, derramado entre tus brazos rotos

puede que me sea cruel, negándome, hasta hacerme invisible.

Puede que me derrita, entre el calor de tus piernas, y me esparza entre tus sábanas

eterno, efímero... invencible.

Puede que ya no tenga más argumentos para dejarme derrotar, y entregar mis armas,

puede que el viento me serene, que tus labios me asesinen,

que me quede encerrado en tu presencia.

Puede que todo sea ilusorio, y ya no estés ahí como recién, como si todo haya sido en vano,

y puede que eso me lastime. Puedo perder una vez más, pero que esta derrota sepa a triunfo.

Puedo verme en el espejo, y ya no blasfemar como idiota, puede que me vea bello, puede que me envenene

de tus instantes, puede que me enriquezca de mi pobreza, puede que bañe de tus aromas, puede que me consuma en tus pupilas.

Puede que nada siga su curso, y yo me vaya en el curso de tus ríos, puede que tus océanos bañen mis orillas, y hagan naufragar mi balsa, perdida, entre las alturas de tus mares.

Puede que el verso que hoy escriba, tenga al fin un destinatario, no invisible como entonces, no irreal como antaño.

Puede que mis palabras se personifiquen, puede que mi puño se acalambre, puede que mis tendones se agoten, se vuelvan añicos, entre las hojas que aquí yacen, pero puede aún más que mis músculos sigan tensos, a la hora de tensarlos, junto a tus músculos finos, a la hora de amarnos.

Puede que tu nombre hoy lo pronuncie como pronuncia la primavera una flor, sin necesidad de pronunciarla, más que con el fino susurro de una canción.

Puede que mi mente me desvele, y descanse posada en tu rostro, puede que mi desvelo te piense, y me destroce entre tus brazos rotos


MP

Miseria Urbana

Mareado, entre el fino alcohol de mis copas rotas, y tus ojos imprevistos.

Entre la soledad de unos rieles asesinos, y el sabor amargo de mis besos infinitos.

Mareado, entre la luna, solitaria, y las decenas de gotas que se posan en mi rostro.

Húmedos párpados, frías mejillas, cigarros eternos que se acaban por prender.

Muero, tendido en el pavimento, caigo en desuso, obsoleto, maltrecho.

Quién recogerá esta silueta, de lo que alguna vez fue cuerpo?,

Quien recitará estos versos, asesinos como cuchillas, fríos como el otoño, azules....?

Quién recogerá el contorno de lo que alguna vez fue primavera?

Y qué deparará la vida, necia al filo del precipicio?

solo sus ojos, viajeros en el tiempo, que se esfuman entre lágrimas y desvelos,

ese mar de pupilas trasnochadas, trashumantes, sin pasaje de retorno.

El silencio, irreverente por cierto, amenaza azotarme de mes en vez, de mes en madrugada.

Enfermo, entre el ron, la fiebre y las sustancias, me asesino, cobardemente sin reparos.

Para resucitar entre las jaquecas, las pastillas, el café, tu aroma a despedida, mi ventana, perdida en la ciudad,

ahogándose en miseria urbana.

El mar se inquieta, refluye, vuelve incordioso, Me sumerjo impaciente, impávido,...

Hago caso omiso al infinito, y me torno intermitente, solitario, rogando tu nombre entre palabras insonoras, entre mientras, quizaces, talveces.

Y me marcho lejos, donde no habita el más mínimo sentido, entre el fin y los suspiros, sin rostro, ni cenizas, ante el débil susurro de la soledad.

Herida de muerte, bala que roza, rosa que sangra, verso que muere, amores que matan.

Y lucho ante el castigo de un dios eterno, cruel, caprichoso y antojadizo,

ante el veneno del mundo viejo, alienante y opresivo,

ante la vanidad, la belleza esclava, el miedo, la abulia, la melancolía, el paso del tiempo.

Y muero, lejos,muy lejos, ante el más mínimo suspiro,

sin cenizas, sin rostro, ahogado ante tanta miseria urbana

MP

Asesino que nunca fue poeta

Mientras las hojas secas siguen golpeando mi ventanal,

me oigo mentir, y blasfemar como imbécil.

Entre los ruidos tormentosos que oigo cuando duermo, y las mañanas doloridas

de tanto otoño, de tanto vértigo imprudente, que más que vértigo es caída, libre,

desenfrenada, torpe.

Sigue su curso el reloj, allí colgado, dando siempre el tac inocente, sin el tic predecesor,

que aún sigue ausente, coordenadas perdidas, mapas olvidados, viejos viajeros que antes de ser viajeros

fueron amantes naufragando.

Los arboles azotados, no dan cuenta de su destino, inertes, entre el vendaval que no cesa y las gotas de lluvia que enfrían su copa.

Observo detenido, e impaciente su destino, cruel, de allí estar postrados, sin voz en esta faena de oxigenar la tierra, sin voto en este ardid en el que se encuentran.

Y yo más preso aún de tres barrotes fríos, una habitación desolada, una mesa, y solo algunas sillas, demasiadas para un cuerpo solitario, gris perdido entre la niebla de la madrugada, entre el hogar desacostumbrado a las multitudes, a las compañías....

entre las mañanas efímeras que pasan como aviones de caza en pleno bombardeo, entre los mediodías casi imperceptibles como la risa de un niño en la trinchera, entre los atardeceres ocasos de sol, de vida, de rayo y calor, ocaso de tiempo, de amor de suspiro, entre las noches eternas, casi perfectas, inacabables, sinceras, amenazantes como filos nuevos de un asesino que nunca fue poeta, que sabe más de amor por ser su victima que sabe mas de dolor por ser su meta. Pago el precio del sol, que apenas se asoma, pago el precio de la luna por hallarme bajo su condena, pago el de no ser quien soy por hallarme tarde y agonizando. Hasta me cobra la muerte por llevarme, y encima no tengo billetes ni monedas, y hasta ella me abandona.

Sin muerte, sin sol, sin estrellas, sin brújula y sin norte, aunque libre y perfecto en la mas sincera libertad.

La libertad de no pensar y no ser, de reírme de Descartes y su maldito discurso del método.

De no tener ni valentía ni ser cobarde, la libertad de transitar el camino sin la meta propuesta ni pospuesta

sin el paso del tiempo, sin la razón Kantiana que me abruma, sin bolsillos, ni recetas.

Sigue la lluvia en la ventana, sigue el otoño inclaudicable, siguen las hojas perdidas, como golondrina que no llega a aquel verano,sigo entre los barrotes cada vez más fríos, sigue tu voz lejana, sigue la risa infantil en las trincheras, y aún no se derriban las barricadas, sigue la resistencia.... por siempre

MP

miércoles, 6 de octubre de 2010

Más asesino que poeta

Aunque se muera esta ciudad en cada esquina

Y caiga a cada paso, estrellado en el asfalto

recorreré las calles de tu mano pidiendo,

que no me sueltes, que aún soy inexperto

y me asusta el futuro.

En cada rostro, escribiré nuevas canciones,

donde tu nombre se vuelva estrofa,

donde tus labios se derramen en los míos

y no nos queden mas que sobras,

donde el pensamiento se torne polvo y el instinto marque nuestras horas,

la prisa que me arrastra por arrebatar tus besos.

Por saberme incompleto, ausente, insensato y torpe,

pero más que nada más asesino que poeta,

más empírico que profeta, mas ignoto, más austero.

Y entre nieblas y tinieblas, entre noches y trasnoches,

entre versos inconclusos, entre vinos y desayunos,

entre el sol y la madrugada,

entre tu voz, un sexteto de cuerdas flojas y tus manos,

delirantes que me tocan, mi cuerpo y tu guitarra,

tus ambivalentes formas de seducirme, tus ocurrencias, mi agonía, mi constante despertar con reservas,

mi pausa, mi método recurrente, mis miedos asesinos de tantas soledades.

Mi por qué, tu quizás, mi tal vez, tu disfraz.

el eterno instante en que tus brazos me rodean,

tu sillón, mi reposo, tu cama a medio terminar,

el cuarto del que no quiero todavía escapar,

las mentiras que aún no tengo que inventar,

el cigarro consumiéndose, y nosotros mordiendo el vidrio de la necesidad

impacientes por desarroparnos, dubitativos por no acelerarlo,

estrategias, evidentes pero nunca obsoletas.

Las ganas de próxima vez, el miedo del nunca más

el deseo arraigado de no equivocar, el segundo paso que miedo que da,

versos, letras tu cuerpo tendido entre mi piel, tu aroma invencible, eterno

tu presencia que me deja huérfano de frío, abrigado entero, intermitente, pasajero

pobre, y cada vez más pobre y con menos necesidad.



MP

La soledad

No me quedan argumentos, solo trazos de tiza en el pizarrón.

No me quedan premisas, solo recomendaciones tristes de un viejo amigo.

No me quedan recuerdos, solo una foto amarilla en el placard.

Y tu voz se me esfuma, como el humo del cigarro,

como golondrina en un cambió de estación, como polvo entre las rendijas de mi ventana.

Hablo solo y me mareo, entre pesadillas que empapan mi mente, entre las sábanas frías, solitarias.

tu rostro pasa, entre la gente, entre las calles, entre mil veredas desoladas en la oscuridad,

entre blasfemias y gritos, entre sollozos y ruidos, entre el instante, y la razón.

Ahogo mi memoria en ginebra vieja, hago repaso durante el desayuno, y sigo allí,

gris, como el humo del tráfico, inerte, entrecruzando los dedos por si acaso se te ocurre llamar, observando ajeno

el presente, ese preciso momento en el que te hayas ausente, ausente de mi, ausente de ti, entre veranos inconclusos, y primaveras que aún no germinan, entre vendavales que mas que azotar, me derriban, derrotado, entre brazos de mujeres desconocidas, de amigos descartables, de viejos recuerdos....

La ciudad afuera es infinita, devora gritos, niños, ancianos.

Vientres que se nutren, esposos que pierden el último tren a casa, muchachas quen sueñan despertar,

obreros que luchan, estudiantes que se rebelan, leen, besan, leen, y vuelven a besar, interminables, intermitentes.

me desangro y me desropo sin lograr aún desnudarme, siquiera desvestirme, y entre las paredes ocres de una habitación olvidada,

bebo el último vaso de aquel ron que habíamos decidido guardar, desprendo hojas impredecibles, y afino mi lápiz, pero sus trazos me desarman, me vierten en mil pedazos y esparcido en la habitación no hago mas que repetirte, entre versos de Hernández, y una vieja copia de Rivera, entre Bach, Sartre , Cortázar.......

Entre los recuerdos que amenazan acribillarme, duele, desangra, asesina, tu rostros esbozado en mi pared,

muere el día, y con el mis desayunos, mis posturas cobardes ante la vida, mi ojalá, mi quizás, el mientras que tantas veces me paralizó,

el pretendido pretérito de dejar para ayer lo que nuca haré mañana, el maldito ego, la vanidad, el beso en mi mejilla de tus labios finos, tu verdad, tu estación vacía, al menos de tu cuerpo, los trajes grises que vienen y van, las señoras que observan vidrieras, el maniquí que reposa esperando impaciente un viejo enamorado que se posa.

La lejanía, el monte, la hierba, el aroma a incienso, las orquídeas, la soledad, la soledad...

Condenada soledad.

MP

El peor de los pecados

Maldigo tu cobarde actitud de tener piedad ante mi cuerpo,

de no introducir el puñal más allá de la muerte,

Maldigo esa forma casi correcta de desenvolverte,

y no aplastarme con tu indiferencia.

Maldigo, tu idea de coexistencia pacífica, tus normas generales

tu andar preocupado, tus buenas costumbres, tu pena,

mi lamentarme en tus brazos, maldigo el tiempo, mi agonía,

tu incapacidad de ajustarme el último golpe,

tu mal rol de enemiga, tu tibieza, tu cobardía.

Maldigo el verso, que nos hizo más humano,

maldigo el verbo que nos hizo conjugables,

el maldito pretérito imperfecto de tus labios al besarme.

Maldigo la triste armonía de tus notas, tus arpegios incongruentes,

tus rasgidos insensatos, esa maldita melodía que no cesa.

Hablas del destino como si nada, como si existiera, quitas esa responsabilidad

del humano, el libre albedrío y te ciegas.

Das por dado, lo que nunca fue, y agachas la cabeza.

Y vienes y vas siempre con justeza, con argumentos válidos, tan validos como superfluos,

tan básicos como trillados.

Maldigo el que no tengas valor para suicidarme, el que yo no tenga valor para asesinarme,

Maldigo, tus corazonadas, tu idea de paz, tus razones morales

tu pon la otra mejilla, tu espera latente, tu idea del perdón, de Caín y Abel haciendo las paces.

El ron en la mesa de luz a medio terminar, el humo del cigarro consumiéndose,

la cama a medio tender, la alarma que amenaza introducirse en mis sábanas,

tu imagen a mi costado, tu silueta difusa, mis majos temblorosas, mis mejillas húmedas,

Onán aconsejandome, tu voz arropandome, el sol entrando en mi ventana,

y otra vez tu, parada como de costumbre, con el peor de los pecados, dejarme vivo una vez más.



MP

A Romina Tejerina

Por tu soledad, te condenaron al ostracismo, tras los barrotes fríos de un lugar lejano
Por tu soledad, te condenaron al exilio interior del frío de un alma desahuciada.
Vientre desarmado, entre tinieblas, mujer que antes de ser mujer quiso ser viento
Las manos asesinas de un hombre que en su libertad vende un sistema.
Las manos débiles de una niña que en su encierro paga un sistema.
Las voces que no callan, los labios que aún sangran.
La pared gris de una celda que esconde la realidad.
La mujer que no quiso ser, la mujer que quiere ser.
la verdad desnuda, la soledad de los que luchan.
Las garras asesinas de quienes usurparon tu cuerpo,
aquel vecino horrendo, aquellos jueces, el silencio inocente
Romina tu rostro es mi bandera, tus lágrimas nuestra condena.
Tu voz nuestro himno, tu libertad nuestro objetivo.
Romina, entre tantos rostros, logro divisar tus ojos.
que miran desde lejos, entre el frío y la soledad
entre el encierro y la libertad.
Mujer entre todas las mujeres, desafiando la oscuridad.
Mujer única y eterna luchando contra la soledad.
Resiste aún tu cuerpo, resiste aún tu sonrisa, incluso resiste tu llanto y junto a el
resistimos todos.
compramos caro el sistema y tu cuerpo pagó por nosotros.
Compramos pagó el sistema, y tu rostro nos ahorro algún costo.
Romina por tu libertad, romina por tu libertad.
Romina por tu libertad.....

jueves, 12 de agosto de 2010

Desordenando el alfabeto, para reinventar palabras, desgastando fotos viejas, para reinventar tu olvidado rostro, Desojando margaritas.... destilando sueños rotos.

abreviando el tiempo para malgastar menos mis emociones,detener el verso, ahí donde se derrumban las palabras, ahogar las dudas, para consolar el desconsuelo, y seguir

Ser mas necio al momento de abandonar mi causa, sonreír mas de la cuenta. Aunque solo sirva para arrugar mi rostro,
y seguir. Hacía cualquier lugar donde tu nombre no se pronuncie, donde mis labios se sequen, en la lejanía de tus labios. don ...de el aroma de tu sudor por las mañanas, no resbale sobre mi piel tendida, donde el sabor de las despedidas no tenga lugar para desarmarse, donde tu voz no penetre mis mañas, dónde tu tal vez me sepa a desuso, donde tu quiźas no gane batallas.

Donde las lágrimas se evaporen intactas, donde la canción se desarmonice, donde el sutil vapor de mi aliento en el frío, haga rima con mi desánimo , dónde ya no haya espacio para respirar donde la última exhalada, se la lleven las rocas, dónde mi tumba se construya a trazos, donde mis sollozos se vuelvan primavera, donde la tierra se abra en pedazos, y coma parte de mi, hasta cansarse, hasta cerrarse y dejarme seco, hasta ablandarme y dejarme hueco, hasta cansarme, hasta cansarme y dejarme muerto..


mp

NORTE

Muero en tu calle, triste sin nombre,

muero ante el debil susurro de la madrugada

Arde la noche, y yo entre tanto vertigo logro divisar tu rostro

Se cierra el bar, agota las últimas gotas, solitarios, entre la soledad

me cierra las puertas, y tu te vas, se acaba el viaje.

Tu nombre empieza a desletrearse, cayendo lentamente por el renglón de mi agonía

Vuelvo mi mirada sobre tu pelo, de espalda derrotandome.

La noche sigue inmovil, paciente, cálida, negra....

Y sigue el viento despacio, mareandome entre tanto desconsuelo.

Donde buscaré tu risa, en que esquina atropellaré tus labios,

que caminos alumbrarán tus ojos, aquellos por los que ya he pasado

dónde tu tierra fértil hara abonó con mis sollozos,

dónde tus montes taparán el calor de aquel invierno gris en el que no te conocí.

Dónde tus ríos desembocarán entre mis costas abrazandote, abrazandome... muriendome

La distancia, nubla mi vista, el sudor me sabe a hierbas, la verdad se me hace trizas,

el dolor se me hace un verbo.

Aquel bar ya lo han mudado, como mudaste tu amor de mi ventana

Vuelven mis marcas, sobre la piel agotado de tanto pensarte,

y ya no encuentro salida, los versos parecen una canción desesperada,

las rimas solo una amarga melodía,

el norte, hay de mi, el norte cada vez mas extraño, cada vez más lejano, más amado

mas odiado, mas humano.

Mas vuelve el sol de madrugada, y cada segundo se me extingue, pero mas dolor causa la desaparición forzada de tu imágen, asesina por cierto. puñal tras puñal, canción tras dolor, amor desafinado, dolor articulado.

Norte, norte, sincero, arrebatador, ladrón, asesino, paraíso redentor, que has hecho, que me has hecho,

por que no he de partir hacia tus pagos, donde quedarme si no en tu suelo aquel donde habitan mis anhelos.

Donde, sino en tu tierra, aquella con sabor a rebeldía.

Norte hay de mi tan lejos de tí, tan lejos de ti, norte hay de ti, tan lejos de mi tan lejos de aquí


mp

Principio de inercia

Mueren las olas a mis pies
La espuma incesante se vuelve espejismo
Se agota el sol de aquel verano intermitente...
y sigo allí, inmóvil
Hundiendo mis pies en arena que no quiere ser tierra fértil,
que reniega del suelo, y me acoge incondicional.
Blasfemo al viento como gaviota en celo,
y vuelvo hecho trizas, entre las brisas inocentes
de un otoño flamante,
aún inquieto, tímido, vertebrado.
Hago versos con rimas que no salen, enjuago mis vocales,
observo fotos viejas
Anhelo tu reflejo más que al niño que no nace, y muero
azoto mis ideas más que a mis ideales
Busco tu nombre en la acera, y sigo
sin rastros, sin huellas, sin pasado.
Sin un pronombre a quien evocar en mis sueños.
Sin la dulce agonía de la muerte lenta,
sin el explosivo final de lo inesperado,
latente, infinito, desolado...

Marcos Pascuan

SOLO UN ESBOZO DE CORDURA

Viene el viento de manera sutil, pasa cerca casi sin aviso.
Vuelvo mi rostro hacia ningún lugar y observo, detenido.
Vuelo alto, sin enterarme del destino, sin abrirme camino
Pasa la arena del reloj, invisible,permisible
pasa desesperado el sol por el firmamento, lo atraviesa
un día más. Sólo un esbozo de cordura, sólo una blasfemia de respuesta
solo un grito de esperanza y quizás algo más.
sólo el mártir desentona, solo el rufián improvisa.
Solo el amante desespera, mientras devora una sonrisa.
Las palabras se desletrean como un ajedrez en cuenta regresiva.
Sólo un rey se asesina ante un ejercito de obreros y la mirada pasiva de una reina, que alguna vez suspiro con ser cenizas.
La marea continúa su reflujo, mientras la rosa se rocía, no cesa el viento que amordaza, mi mirada y su retina. Vuela el viento como un ave, rapaz con garras asesinas, ante un sur que se desploma, ante un verso sin estrofa, una vocal sin argumentos, un diptongo armonizado, un compás desenfrenado ante un tic tac que se le anima.
Vuelo lejos ya sin pausa, no aminoro mi destino, las arenas ya me tapan los sentidos y la agonía. Pasa el viento como si nada, como un soplo o un suspiro, vendaval que sabe a trigo, temporal que se ha partido.
Vuelvo mi rostro hacia ningún lugar y observo, detenido.

Marcos Pascuan

TODO PASA

Vuelve el sol, lentamente tras mis pasos.
Me ahogo entre oasis, desesperado, y voy
en tu encuentro, entre madrugadas que me desarropan
y me dejan en la acera tendido, desnudo, vulnerable.
Y todo pasa, los calendarios, las margaritas, los libros, y las estaciones
menos tu rostro, que aun no llega, menos tus labios que aún no se posan sobre
mi boca.
Vivo bajo una sombra, un manto oscuro que me encubre de tantos rostros ajenos
veo la silueta de ti en todos lados, pero no estás tu para confirmar mis certezas
peor aun ni siquiera para acompañar mis dudas.
Adonde vaya soy ajeno, extraño, extranjero. Cualquier labio sabe a nada, cualquier beso me derrumba, no oigo gritos ya en mi cuadra, ni veo lunas.Solo rumores de ti, de tu lejanía, de tus labios que no besan, de tus manos que no tocan, al menos me queda tu imagen, aquí a mi lado dentro de este pensamiento amargo, pero aún es frágil se desdibuja, se consume como los años, como mi juventud, como mis ganas asesinas de sentirme vivo, como la verdad, efímera, como lo real, mundano, como la razón, subjetiva, como nuestras manos, alejándose dedo a dedo, pulgar a pulgar,
y todo pasa, los meses, las banalidades, los sentimientos, las muertes, los asesinos, los juristas, los abogados, los políticos, todo pasa menos tu rostro que se queda imaginado. Tu cuerpo arde en mil pedazos lejos de aquí, y yo sin siquiera poder arder contigo. Tu cuerpo se aleja corriendo despacio, menos tu rostro que sigue aquí en mi retina. Y todo pasa, vos, yo , las mentiras menos nuestros rostros presos de tres puntos suspensivos, presos de un inconcluso cuento que jamás se concretó, preso de mi, preso de mi, hay tan preso de mi.
todo pasa...

MP

lunes, 14 de junio de 2010

Robo de titulo a Ismael Serrano ( mi versión)

Dejate convencer que se acaba esta noche y aun no tenemos planes, que suelo desanimarme cuando duermo solo, y deambular por mi cuarto sin consuelo, dejate convencer mi colchón es muy grande para uno solo, que la vida es corta y mas aun nuestros rostros, dejate convencer, que se hace de día ya y no quiero revelarme ante el sol de la mañana, prefiero seguir escondido en el refugio de tus brazos, dejate convencer hay tiempo para desengañarse...

viernes, 21 de mayo de 2010

DUERMES

Duermes, mientras la ciudad sigue su marcha,
quizás no te conozcan, quizás no te piensen
El ruido afuera continua, mientras tus ojitos siembran semillas, de amor,
de preguntas, de paz, de locura.
Y yo aquí sntado, te obervo, mi mundo se detiene, mientras la ciudad aulla , tras de mi ventana
tus labios entreabiertos desdibujan mañanas, de sol, de lluvia, de viento y de dudas,
a veces a pasos agigantados, a menudo a pequeños pasos.
El ruido afuera no cesa, sigue su curso, sis saber que existes, sin tocarte apenas, intacta perfecta, entre sábanas blancas, imaginando amaneceres, dulces, juguetes, risas, momentos, leches y pechos, sueños, preguntas, letras y dudas, lluvia, delirios, canción y poesía.
Duermes, te observo, el grito de la noche afuera pernocta.
Aquí dentro mi mundo y el tuyo confluyen, convergen y juntos se detienen.
Dormimos

DESVELADORA INCANZABLE

La sala te ilumina,
radiante, eterna,
sumergida en tu imaginación
Sola, completamente sola
más perfecta que nunca
invisible, indivisible y completa.
moviendo tus manitos
de un lado al otro, arrojando maravillas.
Nadie te rodea., absorta en tus tesoros
enterrados en las sábanas,,
pirata de las madrugadas
desveladora incansable,
sin prejuicios, sin dudas,
sin conocimientos.
Sola, eterna balbuceando maravillas
Vives, sientes, hablas con las sombras
No eres parte del universo
eres el universo mismo.
Rayo de sol, luz de luna
Ahí estás, tan hermosa
princesita de mis noches
desveladora incanzable